Cada vez es mayor el número de personas que opta por esta bebida caliente y especiada como alternativa a las bebidas gaseosas habituales con un alto contenido en azúcar.
Para dejar las cosas claras antes de empezar, es preciso puntualizar ¡que la cerveza de jengibre no es una cerveza! La cerveza de jengibre es una bebida carbonatada sin alcohol.
Sin embargo, no siempre ha sido así. Cuando la cerveza de jengibre se creó en Inglaterra en el siglo XVIII, se elaboraba de la misma forma que la cerveza (de ahí el nombre). En una base de azúcar, agua y la planta de cerveza de jengibre, fermentaban hongos de levadura especiales y bacterias para elaborar una bebida con un contenido de alcohol superior al diez por ciento. En la época, las plantas estaban muy extendidas en las Islas Británicas. La cerveza de jengibre no solo se consumía en Inglaterra, sino que también se exportaba a las colonias norteamericanas. La bebida alcanzó su momento álgido de popularidad antes de la ley seca estadounidense, cuando en Inglaterra existían unas 3.000 fábricas de cerveza de jengibre, más de 1.000 en Canadá y unas 300 en Estados Unidos. Además, también se elaboraba a menudo en un gran número de casas particulares. Sin embargo, cuando se prohibió el alcohol, este se eliminó también de la cerveza; a lo que le siguió la desaparición de la bebida.
Actualmente, la cerveza de jengibre ha experimentado un renacimiento, se han resucitado antiguas marcas y creado otras nuevas, y no solo en Estados Unidos y Gran Bretaña. Incluso se puede encontrar en Alemania, donde la Ley de Pureza prohíbe el uso de la designación “Beer” o “Bier” (cerveza) para esta bebida de jengibre. Por lo tanto, en Alemania se la conoce como “infusión de jengibre”, “jengibre especiado”, “Ginger B” o simplemente “bebida con sabor a cerveza de jengibre”.